80% de mujeres asesinadas nunca habían denunciado al agresor

En el marco del Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, que se conmemora este 25 de noviembre, es necesario darnos cuenta que existe una realidad apabullante, 80% de quienes fueron asesinadas, nunca habían denunciado al agresor. Eso nos coloca en el escenario en el que debemos reflexionar como sociedad si la protección de la persona sometida a maltrato debe depender siempre de una denuncia previa, fue una de las revelaciones que se dio en el pasado II Congreso Internacional Virtual de Derecho Penal Carlos Daza Gómez. In memoriam.

A fin de evitar que se desarrollen investigaciones o procesos penales estereotipados, se deben aplicar estrategias de acción que promuevan la igualdad efectiva para las mujeres, es decir, eliminar los modelos de género que tienen los servidores públicos y que, en ocasiones, las perjudican en sentencias y resoluciones, destacaron expertos convocados por la Facultad de Derecho de la UNAM.

Durante el congreso citado, la coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Seguridad Ciudadana de la UNAM, Patricia Lucila González Rodríguez, señaló:

Para lograr la plena igualdad entre hombre y mujer es necesario que a través de la educación en todos sus niveles se trabaje en la modificación de los patrones socio-culturales de conducta, con miras a eliminar prejuicios y prácticas basadas en la idea de superioridad o inferioridad, o de funciones estereotipadas de hombres y mujeres.

En tanto, el abogado y académico especialista en Derecho Penal, Julio Hernández Barros, expuso que los micromachismos son maniobras y estrategias sutiles, casi imperceptibles, que tienen los hombres para ejercer dominio cotidiano sobre ellas, y que atentan contra su autonomía y libertades femeninas. “Son trucos hábiles, tretas, manipulaciones para imponer nuestras razones, deseos e intereses en la vida cotidiana”.

Pasan inadvertidos porque se les considera algo natural; varios de esos comportamientos no tienen propósito, sino aprendidos desde la infancia. Decir que la principal función de una mujer es encontrar una pareja, casarse y ser madre, es un ejemplo.

Pero “esas acciones sutiles tienen las mismas intenciones que ejercer una violencia más notoria y evidente; ambas se encaminan a la supremacía masculina sobre la femenina”, alertó.

Es importante que en las escuelas de Derecho e instituciones policiales, de procuración y administración de justicia se introduzca el estudio formal, profundo, de la perspectiva de género, y se complemente con las metodologías que utilizan las ciencias Criminalística y Criminológica, para impactar a partir de la enseñanza a la práctica jurídica, tanto en el ámbito policial como del ministerio público, de la defensoría pública y los tribunales, añadió

En diversas sentencias y resoluciones, en el trabajo policial cotidiano y en las fiscalías, están involucrados los estereotipos especialmente cuando se trata de asuntos relacionados con ellas; por ejemplo, en el delito de violación se priva de credibilidad a la víctima al no haber tratado de escapar o no mostrar el comportamiento esperado por la sociedad.

Asimismo, no denunciar de manera oportuna o si la persona afectada y el autor de la agresión se conocen, toda vez que se parte del prejuicio de que el acto sexual fue consentido. Otros factores como “vestir de manera inapropiada”, o estar en un determinado lugar a “ciertas horas de la noche”, son cuestiones que también deben desparecer, consideró González Rodríguez.

Fuente: Infobae

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