Cruz Azul recibió a los Pumas de la UNAM en el Estadio Azteca, en el partido de ida de las semifinales de la Liga MX, con una goleada por 4-0.
La Máquina llegó a este encuentro para defender su casa y salir con un triunfo favorable como lo hizo contra los Tigres de la UANL. La tarea era superar los fantasmas que los siguen por la falta del título liguero desde hace 23 años, luego de la hazaña de Carlos Hermosillo en León.
En un tiro de esquina (1′), la defensiva auriazul rechazó el balón, pero le cayó a Orbelín Pineda, que lo regresó al área para Roberto Alvarado. El Piojo recibió con el pecho y, a bocajarro, fusiló con una volea al portero Julio González (1-0).
Los visitantes llegaron dormidos al inmueble dos veces mundialista, pero los cementeros siguieron al frente. Al minuto 7′, después de un disparo estrellado de Luis Romo, Rafael Baca se encontró con la pelota fuera del área grande y no lo pensó dos veces para finiquitar la jugada mandándola al fondo de las redes (2-0).
Los del Pedregal estaban contra las cuerdas, pero la locomotora azul aún no terminaba su actuación. En esta ocasión (12′), Romo tomó su turno al frente del arco, oportunidad que no desaprovechó para mandarla al fondo, con ayuda de poste (3-0).
Lamentablemente para los cruzazulinos no todo fue felicidad, pues las alarmas se encendieron por la lesión de uno de sus elementos. Adrián Aldrete tuvo que salir del campo por José “Shaggy” Martínez (20′), luego de una molestia física.
El estratega albiceleste movió sus piezas para la segunda mitad. Quitó a Alan Mozo, quien fue cómplice de dos de los goles celestes, y metió a Juan Iturbe, uno de los referentes en ataque del torneo regular.
Con los cambios, los universitarios tuvieron más confianza con el balón y lo circulaban con más velocidad y precisión en el medio campo. Hasta tuvieron las primeras llegadas de peligro, pero el arquero celeste se fajó para evitar la caída de su arco.
En la siguiente jugada volvió a ser protagonista el VAR, luego de un rebote en el que le pegó en la mano a Pablo Aguilar. Luego de varios minutos hablando con la cabina, Rojas acudió a las pantallas, pero ratificó su decisión de no marcar penal.
Todo parecía terminar con una contundente ventaja para los locales cosechada en apenas un cuarto de hora, pero el árbitro decidió añadirle ocho minutos a un partido terminado desde el inicio del primer tiempo.
En ese tiempo, Santiago Giménez, portando las ilusiones de su padre, ídolo cruzazulino, comandó el ataque y filtró para Luis Romo para dejarlo solo frente al arquero. No perdonó de nuevo y finiquitó la gran noche de los celestes (4-0).
El partido de vuelta entre auriazules y cruzazulinos será el domingo 3 de diciembre a las 18:30 horas.
Fuente: Infobae