
𝐏𝐨𝐫 𝐒𝐚𝐦𝐚𝐧𝐭𝐡𝐚 𝐅𝐨𝐧𝐬𝐞𝐜𝐚
Nuevas imágenes satelitales confirman que las masacres continúan dentro y alrededor de El Fasher, en Sudán, una semana después de que la ciudad fuera tomada por las Fuerzas de Apoyo Rápido, conocidas como FAR.
De acuerdo con un informe del Humanitarian Research Lab de la Universidad de Yale, se identificaron 31 puntos con posibles restos humanos en barrios, un campus universitario y antiguas instalaciones militares. Los especialistas advierten que gran parte de la población podría estar muerta, secuestrada o escondida, pues no se observan desplazamientos masivos de civiles.
El Fasher cayó tras 18 meses de asedio, marcando la derrota final del ejército sudanés en Darfur, una región que ya había sufrido un genocidio hace dos décadas. Desde entonces, se reportan ejecuciones, violencia sexual y saqueos, mientras las telecomunicaciones siguen interrumpidas.
Organizaciones humanitarias como Médicos Sin Fronteras alertan que miles de personas siguen en peligro, y la ONU calcula que unas 65 mil lograron huir, aunque decenas de miles permanecen atrapadas.
Líderes internacionales han condenado los hechos; el ministro alemán Johann Wadephul calificó la situación como “la mayor crisis humanitaria del mundo”, mientras autoridades británicas denunciaron atrocidades y violaciones usadas como arma de guerra.
Con la caída de El Fasher, las FAR controlan ya las cinco principales ciudades de Darfur, y la violencia se extiende hacia otras regiones del país.