𝐏𝐨𝐫 𝐒𝐚𝐦𝐚𝐧𝐭𝐡𝐚 𝐅𝐨𝐧𝐬𝐞𝐜𝐚
Nigeria, el país más poblado de África, enfrenta una de las peores persecuciones religiosas del mundo, con miles de cristianos asesinados por grupos yihadistas como Boko Haram y milicias Fulani, según organizaciones internacionales.
De acuerdo con Open Doors, más creyentes son asesinados por su fe en Nigeria que en cualquier otro país. En 2024, se reportaron 4 mil 476 muertes, la mayoría en territorio nigeriano.
El Observatorio para la Libertad Religiosa en África contabiliza más de 16 mil 700 víctimas entre 2019 y 2023, y cerca de mil 200 templos destruidos cada año. Desde el surgimiento de Boko Haram en 2009, se han perdido más de 19 mil iglesias.
La violencia también ha dejado 3.1 millones de desplazados, según la ONU, mientras mujeres y niñas cristianas son víctimas de secuestros y abusos sexuales como parte de una estrategia de terror.
Aunque la raíz del conflicto incluye tensiones étnicas y económicas, la imposición de la sharia y la impunidad agravan la crisis. Organismos como Human Rights Watch acusan al gobierno nigeriano de no proteger a las comunidades afectadas.
El grupo Boko Haram, que juró lealtad al Estado Islámico en 2015, continúa atacando escuelas, iglesias y poblados, buscando desestabilizar el país y eliminar la presencia cristiana en el norte. Líderes religiosos locales advierten que el silencio internacional solo prolonga esta tragedia.
