
El papa Francisco ha dicho con frecuencia que consideraría renunciar si su salud le impidiera continuar, aunque más recientemente afirmó que el trabajo de un Papa es de por vida.
Aunque ya ha decidido no renunciar a su cargo mientras esté lúcido, en la caja fuerte del Vaticano se encuentra una carta, firmada por él en 2013, sobre su posible renuncia como Papa.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) detalló que el documento fue entregado al cardenal Tarcisio Bertone, que en ese entonces era el secretario de Estado vaticano, para que pudiera ser utilizado en caso de impedimento “físico de Francisco”.
Esta renuncia previa solo tiene efecto en caso de una enfermedad que paralice la capacidad de decisión del Papa, por lo que fue redactada y firmada cuando Francisco estaba en plena posesión de sus facultades mentales.