Para celebrar el décimo aniversario de la inscripción del Mariachi, Música de Cuerdas, Canto y Trompeta a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, esta noche se dieron cita autoridades municipales, estatales y agrupaciones de este género musical en el Paseo Fray Antonio Alcalde.
Pablo Lemus Navarro, Presidente Municipal de Guadalajara, celebró que el mariachi es uno de los símbolos más importantes que nos identifican como mexicanas y mexicanos y destacó su aporte a la tradición y cultura nacional.
El alcalde tapatío abundó que la cultura es uno de los ejes transformadores de la administración tapatía, por lo que apuesta en impulsar actividades en este rubro, sobre todo para sumar a la reactivación del primer cuadro de la ciudad.
“La recuperación del Centro Histórico pasa por motivos principales, es decir, tenerla con base en la cultura, nuestras tradiciones, nuestro folclor, al libro, a la lectura, a la filosofía, a la historia; es decir, llenar de contenidos de lo que somos y de lo que nos describe como tapatías y tapatíos”, explicó.
Jalisco es uno de los principales impulsores de la música mariachi y organiza el Encuentro Internacional de Mariachi y Charrería desde 1994, estableciendo de esta forma el intercambio de técnicas y cantos entre los mariachis en México y el exterior.
“Un festejo de esta magnitud merece toda una serie de actividades para que todas y todos nos sumemos para reconocer esto que es tan propio de Jalisco y quienes lo habitan, pero también ya es parte del mundo (…) La cultura es una pieza fundamental de la vida pública, es un derecho no un accesorio. Hagamos posible que cada vez más alcancemos distintos rincones, por más alejados que estén de nuestro Estado”, aseveró Lourdes González Pérez, Secretaria de Cultura del Gobierno de Jalisco.
La expresión musical del mariachi es el resultado de un proceso de hibridación en el noroeste de la Nueva España, que tuvo lugar al final del siglo XVIII y comienzo del siglo XIX; surgieron grupos en comunidades rurales combinando instrumentos de cuerda traídos de Europa, con patrones rítmicos africanos y estilos de danza nativos.